Botella para niños Nalgene OTF Kids, con capacidad para 350 ml.
Su contorno presenta hendiduras para facilitar la sujeción y la boquilla tiene una válvula interior que evita los derrames.
Fabricada en tritán, resistente a golpes, libre de BPA (no retiene olores, sabores ni manchas) y apto para lavavajillas.
Tapón abatible que se puede abrir y cerrar con una sola mano, con bloqueo metálico para evitar derrames involuntarios.
Color: gris motivo coches
Botella para niños Nalgene OTF Kids, con capacidad para 350 ml.
Su contorno presenta hendiduras para facilitar la sujeción y la boquilla tiene una válvula interior que evita los derrames.
Fabricada en tritán, resistente a golpes, libre de BPA (no retiene olores, sabores ni manchas) y apto para lavavajillas.
Tapón abatible que se puede abrir y cerrar con una sola mano, con bloqueo metálico para evitar derrames involuntarios.
Color: gris motivo coches
La botella OTF kids de Nalgene ha sido ideada para resistir los accidentes más duros de la vida diaria: los que provocan los niños pequeños. Su contorno presenta hendiduras para facilitar la sujeción y la boquilla tiene una válvula interior que evita derrames involuntarios. La tapa, de tacto confortable, tiene una anilla que permite colgarla de mochilas, cochecitos o bolsas.
Está fabricada en tritán transparente, un material extremadamente resistente a los golpes que soporta temperaturas entre -40º y 100º. Además, al ser libre de BPA, no retiene olores, sabores ni manchas, y se puede lavar en lavavajillas.
Un diseño refinado fácil de abrir y cerrar con una mano, para que no tengas que dejar lo que estás haciendo. El bloqueo metálico del doble cierre de seguridad del tapón te asegura que no haya ninguna fuga ni derrame accidental. Por este motivo, se puede guardar tranquilamente en la mochila.
El Bisfenol-A (BPA) se utiliza fundamentalmente en resinas epoxi y determinados plásticos como el PVC y algunos Policarbonatos. Estos materiales se encuentran, por ejemplo, en algunos envases o recubriendo el interior de las latas de conservas o de refrescos. Cuando dichos plásticos se encuentran en contacto con los alimentos, parte del BPA puede pasar a los mismos, ser ingerido por el ser humano o los animales y pasar al medio ambiente.
La estructura molecular del BPA mimetiza la estructura de los estrógenos naturales, luego tiene la capacidad de alterar el sistema endocrino. Esto puede generar efectos adversos y potenciar enfermedades como diabetes y obesidad, pubertad temprana, reducción de la cantidad de esperma, cáncer de próstata, cáncer de mama, entre otros.
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