Las polainas son fundamentales para evitar que nuestros pantalones y botas de montaña calen debido a un contacto prolongado con agua, nieve o barro. Te explicamos cómo escoger las tuyas.
Objetivo general de una polaina
Las polainas cubren esta parte y nos protegen de: La zona del empeine, los cordones y los pliegues, como tiene muchas arrugas, es bastante propensa a la entrada de agua. Si se moja el pantalón, el agua irá subiendo poco a poco y terminaremos empapados hasta las rodillas. Es probable que se cuele agua/nieve por la parte superior de la caña fastidiándonos el día. Ascensiones sobre nieve o travesías bajo una lluvia intensa, hay ocasiones que las polainas debieran ser casi obligatorias.
Características principales de unas polainas
A la hora de decidirte por unas polainas u otras, deberás fijarte en las siguientes características.
1. La transpirabilidad
En ocasiones puede que termines con las pantorrillas más húmedas por llevar unas polainas que no transpiran adecuadamente, que por el hecho de pisar un poco de nieve en un momento puntual. Para acertar en nuestra elección debemos fijarnos en dos detalles:
Tipo de tejido: Las membranas del tipo Gore-Tex que son resistentes al agua, a la vez que transpirables dan muy buen resultado, confía en marcas con mayor reputación.
Diseño: Las polainas de tejido más blando, en la parte superior suelen ceñirse con una goma elástica (para que no caiga). Las de alta montaña, al ser más duras se sujetan solas y la parte superior suelen tenerla abierta (regulable con tanka), ofreciendo gran transpirabilidad.
La parte superior ceñida con goma (izquierda), evitará que entre agua/nieve en el interior, pero si es de las de tipo regulable (derecha) podremos abrirlo para que transpire, ganando en comodidad y transpirabilidad.
2. La rigidez del tejido
Si tu actividad es de Montañismo o Alpinismo, usarás las polainas con los crampones, ¡busca unos muy duraderos! Es muy importante que estén construidos en poliamida (Nylon o Kevlar) de gran grosor, más recios y robustos. Y esta cualidad es necesaria, de lo contrario agujerearas inevitablemente la parte interna de la polaina con algún enganchón con los crampones.
3. La altura
La altura de la polaina, dependerá de cuanta protección necesites. Generalmente, para terrenos nevados a pie necesitarás una polaina alta. Pero para andar con raquetas pueden ser interesantes polainas más cortas, ya que gracias a las raquetas no te hundirás sobre la nieve. Si estimas una ruta muy larga, ¡no te las dejes en casa! Caminar con los pies empapados desde el principio… ¡no puede acabar bien!
4. La talla... ¡y posición!
La mayoría de polainas suelen ser talla única, pero cada vez más fabricantes nos ofrecen diferentes tallas. Es importante probártelas para ver que se adapta bien a la bota que vas a usar y te cierra bien en el gemelo. No es de extrañar que una polaina algo pequeña no pueda abrazar unas pesadas y grandes botas rígidas de alpinismo. No serás el primero que se las pone al revés. Ten en cuenta que las polainas son simétricas y cada una es para un pie.
5. El sistema de fijación
Las polainas de diseño antiguo en la parte inferior suelen tener un alambre, que funciona francamente bien, ya que es prácticamente indestructible. El problema que se plantea es que la suela de la bota puede verse afectada por el roce. Actualmente con las nuevas cintas de goma/cuero, se adapta mucho mejor envolviendo mucho mejor la bota.